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No. 17 Juan Pablo
Ganache de pasta de cacao lavado de Putla, Oaxaca y pasta de cacao fermentado de Guainía, Colombia, con infusión de tabaco de Veracruz, en chocolate semiamargo
Sophie: la paz es un sueño, sueño de paz. ¿Cómo reproducir un gozo naturalmente otorgado al nacer? ¿naturalmente? No para todos. Cuántas balaceras, cuántos ataúdes. Calladita más bonita, dice el refrán. ¡Somos más los buenos! Sembrar, cultivar, alumbrar, explicar… tocar conciencias, levantar ojos y abrir corazones. La paz es un derecho, un derecho que se construye. A su imagen, anhelé un chocolate firme y resiliente, uniendo en una ganache de pasta de cacao lavado de Concepción del Progreso, Oaxaca, con pasta de cacao fermentado de Chatare, Guainía, Colombia, al son de una infusión de tabaco rubio de Veracruz. En honor a todos los pensantes y caminantes quienes comparten su sabiduría y conciencia, de semilla en semilla, incansablemente… N., I. y muchos otros, los tengo siempre presentes en el altar de mis brazos.
Juan Pablo: este chocolate, más allá de tener un sabor que deleita las papilas gustativas, es un símbolo de paz. Un chocolate creado con cacao de regiones donde antes se sembraban plantas que alimentaban el conflicto, la ira y la falta de conciencia y las cuales fueron readaptadas para producir cacao que alimentan la paz y el entendimiento. Esto les da una dulzura más allá de la dulzura sensorial, yo diría que es como una dulzura espiritual que culmina con notas de tabaco, como la pipa de la paz. La gran moraleja es que la tierra, como el ser humano, dará frutos dulces o amargos, y eso va directamente relacionado con nuestro nivel de conciencia.
Ingredientes: chocolate semiamargo 54% de cacao, crema, pasta de cacao de Putla/pasta de cacao de Guainía, glucosa, azúcar invertida, hoja de tabaco
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